A ‘son de mar’, navegando por Ibiza

– MAYDAY, MAYDAY, MAYDAY
– Aquí el Syros Uno, aqui el Syros Uno, aquí el Syros Uno … ¿me reciben?

Esta es la llamada que no tuvimos que hacer durante la semana de navegación por el Mediterráneo.

El pasado 4 de Julio el grupo de navegantas formado por Mayte, María, Elvira, Pepa, María y Lkstro y capitaneado por Luis embarcamos en el puerto de Denia en un Velero Cyclades39 [después de arrasar con gran parte de las existencias del supermercado de la zona] 😉
Nuestra idea era poner rumbo a Ibiza y recorrerla por la costa durante una semana, fondeando en algunas de sus calas evitando tocar tierra hasta el regreso.

De las primeras acciones que tomamos como tripulación fue la creación del ‘comando ancla’ encargado de echar y levantar el ancla en las operaciones de fondeo y el ‘comando de atraque’ encargado de pasar el cabo por la guía y fijarlo a la cornamusa para amarrar el barco a puerto cuando fuera necesario.

Ha sido una experiencia super energizante y de desconecte total. Sin teléfonos y sin internet … casi no me creo ni yo misma haber conseguido pasar así una semana!!! sol, mar, risas, comidas y cervecitas en buena compañia y el bamboleo de las olas del mar, unas veces plácido y otras enrabietado!

Me apasiona el mar, en cierto sentido es como si hubiese salido de su inmensidad. Desde que recuerdo, siempre he estado reodeada de “gente de mar” que por muy ‘breada’ que estuviera guardaba un estado de alerta continuo; en cierto sentido he ido adoptando inconscientemente una posición parecida, sobre todo cuando el mar empieza a mostrar su cara menos placentera. Este viaje me ha permitido reactivar todas esas sensaciones dormidas aún cuando obviamente el mediterráneo no es el atlántico 😉

Las travesías resultaron “entretenidas” de tanto viento y marejada. Y la experiencia de navegar con velas fue interesante y al mismo tiempo contradictoria; hubo momentos de relax marinero y otros algo más tensos popiciados por el escoramiento del barco. Aprendimos a maniobrar mínimamente con la vela Génova y la Vela Mayor y experimentamos el efecto de su acción conjunta, siempre con las orientaciones prácticas y tranquilizadoras de nuestro querido capitán.

Nos familiarizamos con el pajarín, la escota de la mayor y las de la génova, el mordedor, el desenrollador y nos apoderamos del güinche cada vez que la ocasión lo requería. La maniobra más bonita fue colocar ambas velas haciendo ‘orejas de burro’ . También hubo ocasión de vernos en situación de reaccionar rápidamente ante golpes de viento intenso, como cuando lo hicimos trasluchar y fue una maniobra interesante observar cómo la adrenalina se apoderaba de nosotras que actuábamos raudas y certeras (ejem) siguiendo las instrucciones del capitán.

El recorrido más placentero fue el de la costa de Ibiza. Entre fondeo y fondeo, fuimos conociendo playas maravillosas, disfrutando del fondo marino, de las diferentes tonalidades del agua transparente y del sol. Nuestra primera parada en la isla fue Port Roig; y a apartir de ahí, se sucedieron las calas; la rutina consistía en forndear para hacer noche, amanecer y disfrutar del bañito correpondiente durante la mañana y poner rumbo al encuentro de otra Cala para comer o ya cenar y dormir.

Cala LLonga, Cala Salada, Cala Bassa, Cala Vadella, Cala de Benirrás, Cala D’Horts y Cala Graçó fueron las que más celebramos y saboreamos 🙂 Y entre toda esta ruta hubo oportunidad de acercarnos a Cala Saona, en Formentera … ¡Qué agua!

Con los nudos habrá que seguir practicando para no olvidarse ni del ballestrinque ni del as de guía, ¡¡¡con lo útiles que son!!! y procurar que en la próxima aventura marinera aún descubramos más cosas. Un chin-chin por ello, por la tripulación al completo y por el capitán que sintiéndose una más del grupo supo llevarnos a buen puerto compartiendo con nosotras parte de su conocimiento y saber. Todo un lujazo!!

De Escapadas y evasión