Fundamentalismo y “caza de brujas” en el XXI

Se ha agudizado la sensación de estar viviendo en otro momento ya pasado, en el que el fundamentalismo religioso campaba a sus anchas imponiendo la limitación de derechos a una parte de la sociedad. La negación de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres ha sido una constante, que ahora, en pleno siglo XXI, se vuelve a materializar en persecuciones políticas y escarnio público a quienes han necesitado interrumpir voluntariamente su embarazo amparadas por una legislación precaria y eternamente provisional.

Este es el caso de España, en donde 22 años después de que se aprobase una Ley incompleta de despenalización parcial del aborto, se utiliza la persecución y el escarnio público a las mujeres que han hecho suyo el derecho legal otorgado y a las clínicas autorizadas legalmente a realizar estas operaciones; estas persecuciones están siendo orquestadas por grupos ultraconservadores y son instrumentalizadas por las organizaciones pro-vida y la iglesia católica. La persecución del aborto lleva a 25 mujeres ante el juez.

La proximidad de elecciones generales y sobre todo las precarias garantías de un compromiso político con el avance real de los derechos de las mujeres, formulado al inicio de la legislatura por el propio presidente del gobierno, dan una explicación de la cortedad de miras y la falta de visión política que les permitiría haber evidenciado que la estrategia de la persecución política al aborto (a mujeres y profesionales médicos) sigue un mismo patrón de comportamiento a nivel internacional; lo que hubiera sido fácil de comprobar porque ya ha sido denunciado ampliamente desde parte del movimiento feminista y de defensa de los derechos humanos: en Nicaragua, en México, en Paraguay, en Argentina y en España … la escalada de presión en torno al aborto continúa, ¿qué será lo siguiente? …

Es duro iniciar el año con la sensación de que van ganando terreno quienes quisieran conseguir la prohibición total del aborto, es altamente cabreante observar cómo se le da cancha a la campaña mediática y de intoxicación política. Es denunciable el acoso y persecución política que están padeciendo mujeres que hace tiempo abortaron o profesionales médicos que no se han declarado objetores de conciencia respecto al aborto; es alarmante que se permita que todo esto pase y que vaya calando la posición reaccionaria de que la proteccón del “no-nato” va por encima del derecho de la mujer (ciudadana plena?) y es frustrante que los grupos supuestamente progresistas y quienes han tenido la posibilidad de modificar la ley actual hacia una necesaria ley de plazos, se hayan amilanado ante las presiones de la iglesia en vez de darse cuenta de que la polémica sobre el aborto, niega derechos a las mujeres.