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Otro modelo de sociedad es posible … invertiendo en igualdad para la sostenibilidad y democratización de la vida. Es tiempo de pasar a la acción sumando energías.

En primera personaFeminismosTirando del hilo

Algunas reflexiones feministas

Hay mujeres brillantes en el pensamiento contemporáneo que no son feministas, aunque a veces se las mitifique como tal. Así que en algún momento de su discurso probablemente se identificará esa ‘fisura’. A veces son expresiones de lo más evidentes, claras y directas; otras veces, en cambio, son sutilezas más típicas de una perspectiva mujeristas que flaco favor le hacen a la igualdad y mucho menos a la plena emancipación femenina.

El otro día, en el XVII Encuentro de formación y reflexión feminista de Baeza presencié este tipo de situación excepcional durante la conferencia de Victoria Camps. Ahí van algunas cuestiones para continuar el debate:

Con el tiempo hemos ido articulando un relato para explicar el devenir feminista; algo que se repite como inercia, de manera casi automática. Quizás ha llegado el momento de reflexionar y modificar esta lectura ‘implantada’:

Cuando se dice que la revolución de las mujeres del siglo XX ha sido la única revolución no cruenta, se está pasando por alto que aunque la revolución fue pacífica, la violencia se cebó de manera cruenta en las mujeres que transgredieron el estatus quo patriarcal … muchas de ellas lo pagaron con su propia vida, otras con el ostracismo … violencia física, sexual, psicológica, económica, institucional son lacras que afectan a todas las mujeres por su escapada del ‘redil’…

Otro aspecto que surgió en el debate fue la enorme resistencia que provoca la propuesta de un uso no sexista del lenguaje y el intento de minusvalorarlo bajo la excusa de los múltiples objetivos que tenemos todavía por alcanzar. ¡¡Cómo si la consecución de la igualdad efectiva se tratase de un relato lineal!. El cambio social no ocurre por generación espontánea, hay que prepararlo, provocar la inclusión, visibillizar y valorizar. La resistencia a ello desde posiciones de élite y con poder de influencia en el conocimiento podría ser un ejemplo de la ‘cooptación’ que amenaza al feminismo cuando se ‘institucionaliza’.
En mi opinión, la mayor extravagancia, a estas alturas, es considerar a una mujer como ‘filósofo’ por darle más importancia que si fuera ‘filósofa’.

Esa resistencia tiene que ver con la misoginia, del mismo tipo que la que justifica en época de crisis la eliminación de los organismos de igualdad .

Está claro que corren tiempos de incertidumbre para la igualdad, y por ello me preocupa especialmente cuando se refuerza el mensaje de aparente ‘buen rollismo’ de la maternidad y lo bien que estarían las mujeres disfrutando de más tiempo con sus criaturas en casa.
Hay suficientes evidencias empíricas que apuntan precisamente en otra dirección: en la de que la maternidad actúa como factor de penalización a todas las mujeres en el mercado de trabajo. Y además, hay suficientes hechos contrastados estadísticamente como para saber que lo que sí funciona para avanzar en corresponsabilidad es que los hombres dispongan del mismo permiso que las mujeres ante un nacimiento o adopción; intransferible y remunerado al 100%.

La experiencia de otros países nos enseña que cuando se invierte en servicios públicos para el cuidado infantil, se facilita la igualdad de oportunidades, las mujeres no tienen que renunciar a incorporarse al mercado de trabajo, ni a su autonomía e independencia económica y la natalidad no se resiente.

Así pues, con tanto debate abierto sobre el problema demográfico, ¿no va siendo ya tiempo de exigir responsabilidades por la no-acción y por la manipulación de algunos discursos?

En fin, que podemos seguir tirando del hilo … lo cierto es que para construir un relato feminista hace falta identificar los valores en los que se basa el discurso y arroparnos de la acción colectiva que se articula a través de las redes. ¡Nada es casual! y cada vez tengo más claro que necesitamos pasar del ‘individualismo estelar’ a la acción colectiva feminista.

Un comentario en «Algunas reflexiones feministas»

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